viernes, 7 de septiembre de 2007

Pedro Paramo


Hasta que llegué al pueblo que me indicaron, supuestamente aquí vive el que dice ser mi padre, un tal Cox. Mi madre me pidió que fuera en su búsqueda, estaba con los ojos cerrados y una lágrima resbalaba de su bello rostro. Aquella imagen aun me duele. No podía, no podía.


Escrito por: Elder Cuevas


Ejercicio Pedro Páramo

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